Queridos Feligreses,
A continuación, la cuarta parte del ensayo llamado “Nuestra memoria más dulce y nuestra esperanza más brillante”:
IV. Cuando recuerdo el pasado, había una Comunión que prefería sobre todas, a la cual llamé Mi memoria más dulce: Mi Primera Comunión. Y, cuando pienso que mi vida va a llegar a un final, y que este final será el pasaje del tiempo hacia la eternidad, recuerdo que Tú, Oh Señor, vendrás a mí por última vez en tu Divino Sacramento. Me apresuro a declarar que mi Última Comunión es mi Esperanza más Brillante.
¡Mi Última Comunión! En el día de mi Primera Comunión él me dio mi primer beso de paz, y ahora me dará el último beso antes de quedarme dormido sobre su pecho. Su voz Divina ya vibra en mi oído, y llega a mí como el débil eco de la voz que escucharé en el cielo.
¿Qué son ahora para mí los bienes y los males de esta vida? Mi última Comunión me abre los ojos hacia la verdad. Que estos sentimientos animen nuestros últimos momentos, y que la Sagrada Comunión venga entonces a fortalecerlos en nuestro corazón.
Su Párroco,
Padre David